El boticario aplicó la medida durante cinco horas y la dejó en suspenso tras el rechazo de su clientela
Unos cincuenta parroquianos de toda la vida de una farmacia de Requena se enfadaron de mala manera hace un par de días con el titular del establecimiento al rechazar este sus recetas de la Seguridad Social y hacerles pagar los medicamentos prescritos en señal de protesta por el impago de la Conselleria de Sanidad, que adeuda a los farmacéuticos la factura de agosto.
El boticario explicó que decidió hacer un experimento de nueve a dos del mediodía de este martes para trasladar a los ciudadanos su malestar por la morosidad de la Administración.
«Lo que les decía era que o pagaban los medicamentos o que se buscaran otra farmacia que cogiera sus recetas», declaró el farmacéutico que expresó que tras dos meses de impago de la conselleria ha dado por roto el concierto con la Administración.
«Si no hay dinero, ¿qué vamos a hacer? Si acepto las recetas y les digo que sí y a mi no me las pagan, seré yo el que financie a la Administración y cuando dentro de un par de meses sigan sin pagarme y los estantes de mi farmacia se queden vacíos y vengan otros clientes que sí que pagan a pedirme esos medicamentos, resulta que ya no los tendré porque se los habré dado a los que vienen de parte del principal cliente, que es la Seguridad Social, así que para que eso no ocurra decidí probar a ver qué pasaba», explicó el farmacéutico, quien tras comprobar el rechazo unánime que suscitó su medida experimental decidió dejarla sin efecto.
«Todo el mundo se me ha tirado encima, hasta los compañeros que aprovecharon que salían de mi farmacia con las recetas en la mano para fidelizar a los que eran mis clientes», expresó el boticario que destacó que muchas personas entendían porqué lo hacía, aunque los que abonaron los medicamentos se llevaban envases que no costaban más de 5 euros.
«Se enfadaron mucho conmigo», reconoció el farmacéutico que augura que en un par de meses sin cobrar serán ellos quienes se hayan arruinado para sostener a una Administración que, a su entender, ha malgastado el dinero en eventos innecesarios.
«Lo que yo pretendía era que los que no tienen dinero para pagarse las medicinas fueran a la conselleria y le preguntaran a los políticos: ¿dónde está el dinero?», añadió el titular del establecimiento que indicó que mantuvo la persiana del establecimiento a medio alzar mientras experimentó su medida. Efectivos de la Guardia Civil rodearon la botica.
Un cliente de la farmacia, A. P. E., denunció el hecho tras conocer que su madre había tenido que pagar unos medicamentos que habían prescrito a la abuela. «Los pensionistas se ven obligados a pagar sus medicamentos por culpa de los impagos de la Generalitat», agregó.
Leído en LEVANTE-EMV
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