El Gobierno valenciano no pagará en 2011 ninguna de las seis mensualidades del segundo semestre de la factura farmacéutica, con el objetivo de sacar del presupuesto de gasto unos 720 millones de euros y reducir así el exceso de déficit, que se da por hecho que superará el límite marcado del 1,3 por ciento del PIB regional.
El plan de pagos de la Generalitat consiste en abonar las facturas de julio y agosto en enero de 2012, la de septiembre en febrero y el último trimestre prorrateado en 36 mensualidades, hasta diciembre de 2014. De esta forma, el presupuesto de la Generalitat para Farmacia, que siempre es inferior al gasto real, deberá contemplar en 2012 unos 360 millones correspondientes a este año.
Los boticarios cobraron julio gracias a dos créditos firmados por los colegios de farmacéuticos con el Banco de Valencia (los de Valencia y Castellón) y CAM (Alicante), pero las entidades se han negado a adelantar los importes de la factura agosto y la de los siguientes meses, a pesar de contar con la garantía de la Generalitat.
Los colegios negocian a marchas forzadas con Bankia -el Banco de Valencia no puede asumir otra mensualidad, que son 100 millones- y CAM una fórmula que permita a las farmacias obtener préstamos garantizados por las facturas, sin garantías personales. Una posibilidad es un préstamo con aval mancomunado de los colegios y los propios farmacéuticos.
La deuda de la Generalitat con las farmacias, sin contar el mes de julio, que cobraron con el crédito de los colegios, es de unos 120 millones, pero se duplicará dentro de dos semanas, cuando venza el plazo para pagar la factura de septiembre. Salen a una media de 60.000 euros mensuales por farmacia. La situación en la que quedan las boticas es similar a la de miles de proveedores de la Generalitat que llevan meses, incluso años sin cobrar. Sin embargo, por su carácter de servicio público, las farmacias están obligadas a comprar medicamentos para poder dispensarlos.
Ante esta situación, el Colegio de Farmacéuticos de Valencia ha emitido una circular con un "protocolo económico" para orientar a los colegiados. Entre las recomendaciones, destaca la de aplazar todos los pagos posibles antes que endeudarse poniendo en peligro el patrimonio personal. Para ello, serán necesario negociar con proveedores, caseros, entidades financieras y la plantilla, para la que también sugiere una reducción de jornada y sueldo.
El Colegio aconseja "ser estrictos con la dispensación de recetas" y "dispensar solo aquellas que cumplan todas las formalidades", es decir, que se rechacen las que tengan algún defecto. También, aumentar la caja ofreciendo productos de bajo precio y los de venta libre, así como "dejar de comprar primero los medicamentos más caros".
La última recomendación habla de estudiar, si es necesario, las ventajas del concurso de acreedores.
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