domingo, 3 de diciembre de 2017

Enfermedad de Akureyri

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La enfermedad de Akureyri o síndrome de fatiga crónica (SFC) es un cuadro complejo que cursa con fatiga mental y física debilitante, sin causa conocida y de curso crónico. No se conoce la prevalencia en la población debido al difícil diagnóstico del cuadro, que desde su origen ha planteado debates sobre su existencia y sus definiciones. Se ha descrito bajo distintas nomenclaturas a lo largo de la historia, como encefalomielitis infecciosa aguda, enfermedad de Islandia o enfermedad de Royal Free.

Clínica

Lo determinante en este cuadro es la aparición brusca y acusada de fatiga crónica. Se entiende por este término a la presencia de cansancio precoz que dificulta la realización de una actividad física o mental, y que no mejora con el descanso. Para hablar de fatiga crónica, esta debe estar presente durante un período de tiempo prolongado de al menos 6 meses. En el curso de la patología pueden distinguirse distintos estadios:

Ver también: Fatiga adrenal: la razón por la que te sientes siempre cansado

EPISODIO AGUDO

Fatiga

Este cuadro suele aparecer en personas activas, durante el curso de una enfermedad común o un episodio de estrés agudo. Parece estar relacionada con la  mononucleosis infecciosa (de hecho, otra denominación de esta patología es síndrome de infección crónica por el virus Eipstein-Barr) y otras infecciones víricas. La instauración de la fatiga suele ser rápida, se asocian otros síntomas:

Tras este episodio persiste un agotamiento franco, con un impacto que limita la actividad y capacidad previa en un 50% (al menos durante 6 meses). Esto conduce a una discapacidad persistente

CUADRO ESTABLECIDO

Tras el episodio agudo se instauran síntomas crónicos. Asociados siempre a la fatiga, los más comunes en la enfermedad de Akureyri son:

  • Faringitis u odinofagia.
  • Cefalea (dolor de cabeza).
  • Dolores articulares o artralgias en distintas localizaciones.
  • Febrícula o distermia (alteraciones en la temperatura corporal) de curso intermitente.
  • Adenopatías o ganglios inflamados, principalmene en las regiones axilares y cervicales.

Los síntomas digestivos como la diarrea, dolor abdominal o anorexia son menos comunes. También puede existir asociación con parestesias, visión borrosa o incluso exantemas cutáneos. Además, la fatiga suele asociarse a alteraciones del sueño y otras manifestaciones neurocognitivas:

  • Ataxia y otros trastornos psicomotrices.
  • Fallos en el procesamiento y recuperación de las palabras.
  • Alteraciones de la concentración, orientación o memoria a corto plazo.
  • Trastornos sensoriales y perceptivos: ansiedad, hipersensibilidad a ruidos, fotofobia (sensación molesta asociada a la luz ambiental).

Evolución del cuadro

Fatiga constante

La clínica del síndrome de la fatiga crónica tiene un carácter permanente e intermitente. No se revierte con el reposo ni al recuperar horas de sueño, pero además empeora con el estrés. Puede limitar de forma importante la vida social y laboral de individuo, pudiendo acarrear problemas cognitivos como la ansiedad y la depresión. Por otra parte, puede tener un curso cíclico, a veces estacional. Cada episodio puede ser distinto, con escasos periodos asintomáticos.

¿No lo sabías? 6 hábitos que te pueden causar ansiedad por la comida sin que lo sepas

Diagnóstico de la enfermedad de Akureyri

Diagnóstico de la enfermedad de Akureyri

El diagnóstico del síndrome de fatiga crónica es un diagnóstico de exclusión. Es necesario descartar otros procesos médicos y psiquiátricos que produzcan los síntomas descritos. Tiene importancia vital una buena anamnesis que indague sobre la forma de la aparición de la fatiga y su duración.

Recordemos que el inicio suele ser brusco, a veces tras brotes infecciosos o periodos de estrés y la limitación residual debe ser acusada, al menos de un 50% de la actividad previa. Además, es frecuente que entre los antecedentes personales de los pacientes aparezcan trastornos psiquiátricos.

La exploración física y las pruebas complementarias pueden ayudar a descartar otras posibles causas del agotamiento que refieren estos pacientes. En la exploración inicial pueden aparecer los síntomas antes mencionados (faringitis, exantema o adenopatías). Las pruebas complementarias suelen incluir:

  • Hemogramas.
  • Serologías víricas.
  • Pruebas del nivel inmunológico.
  • Medición de parámetros endocrinos.

La proteína RNasal se solicita cuando hay alta sospecha de síndrome de fatiga crónica, la cual está presente en un 80% de los pacientes

Deben excluirse trastornos psiquiátricos mayores que puedan desencadenar los síntomas mencionados, aunque ya hemos comentado que el componente depresivo o ansioso es común en la enfermedad de Akureyri. Otros trastornos que hay que descartar son el alcoholismo, la obesidad o la infección por VIH. No obstante, no existen pruebas determinantes ni diagnósticas de esta entidad, se basa en una serie de criterios y en la exclusión de patologías orgánicas o psicológicas que puedan provocar la clínica descrita.

Actualmente no existe tratamiento curativo para la enfermedad de Akureyri. El abordaje terapéutico se limita a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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