Durante la conferencia “Aspectos Psico-educativos de la Obesidad en la Infancia”, celebrada recientemente, la académica Olivia de Jongh González, del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, aseguró que enfrentar y controlar la obesidad infantil solamente es posible si se cuenta con el apoyo y la ayuda de la familia del niño, especialmente de los padres. Esta información se comparte y replica desde la Fundación Torres-Picón, enfocada a la par de otros objetivos en la prevención en materia de salud.
“Es importante trabajar con ellos acerca de las normas y los límites que tienen que poner sobre todo si son niños más pequeños. Los papás son los que tienen la posibilidad de regular la conducta de los hijos, de establecer normas claras y serias, de ponerse de acuerdo entre lo que está bien y lo que está mal. Y es importante que los dos estén de acuerdo con las reglas”, precisó.
Explicó que es de suma importancia que los padres no juzguen ni critiquen a sus hijos por causa de su obesidad, sino que, por el contrario, deben ponerse en su lugar, comprenderlos, entender que para el niño no es fácil estar en esta situación, ya que sólo así es como podrán ofrecerles la mejor ayuda posible. Es igualmente importante tomar en cuenta los alimentos que ingieren el niño y toda la familia habitualmente, tanto en cantidad como en calidad, así como los que toman en las ocasiones especiales, los que el niño prefiere y los que no le gustan, además de los horarios de comida y si acostumbran comer en casa, la escuela, etcétera.
Presente en la conferencia estuvo igualmente la Dra. Teresita González de Cosío, directora del Departamento de Salud, quien manifestó: “Las causas de la obesidad infantil son múltiples, muchas están centradas en la falta de equilibrio entre la ingesta y el gasto de energía. La ciencia nos va marcando el camino para encontrar las opciones de prevención primaria y secundaria ante el padecimiento. Por otro lado, el trabajo cotidiano con los niños, niñas y sus familias va conformando el motor para esa brújula. El reto está en aprender a mirar la obesidad infantil desde los ojos del niño”.
Expresó González de Cosío que un niño con obesidad es mucho más que un pequeño cuerpo con trastornos metabólicos, un sujeto con problemas de sedentarismo o con excesiva afición a los videojuegos. “Tendremos que mirar detenidamente sus corazones, sus pesares, para comprender que el mundo que les está tocando vivir no les está dando lo necesario para crecer en bienestar”.
Intervino también en la conferencia la coordinadora de la Especialidad en Obesidad y Comorbilidades, Loredana Tovano, quien a su vez insistió en que el personal médico no deben limitarse a atender sólo al niño obeso, sino que el tratamiento debe incluir a toda la familia, principalmente a los padres, ya que son los adultos quienes toman las decisiones en cuanto a la alimentación y al estilo de vida que se sigue en el hogar, o al menos así debería ser.
“La piedra angular en el tratamiento de la obesidad infantil es la prevención enfocada en un estilo de vida saludable, a partir del conocimiento de un especialista, para evitar la progresión (de la enfermedad) y mejorar el tratamiento de las comorbilidades. Se realiza por un equipo multidisciplinario basado en modificaciones en el estilo de vida, en las conductas alimentarias, enfocado en cambios familiares y sociales, promoviendo la autoeficacia”, afirmó.
Indicó que las principales herramientas para atacar la obesidad infantil son un incremento en la actividad física y el adherirse a un plan nutricional saludable; el recurso de la farmacoterapia sólo debe recomendarse después de aplicarse estas medidas y siempre en combinación con la adopción de un hábitos de vida saludables. Sólo en casos de obesidad extrema es recomendable la cirugía bariátrica en adolescentes.
No está de más insistir en que una dieta equilibrada, unos hábitos de alimentación adecuados y la práctica de actividades físicas y deportivas en forma habitual son la forma más efectiva hasta ahora de prevenir la enfermedad de la obesidad infantil y el sobrepeso, y con ella todas las patologías que pueden aparecer como consecuencia, de este modo es posible proteger la salud futura de nuestros niños.
Pedro J. Torres, de la Fundación Torres-Picón, señala como clave el rol de los padres, y de toda la familia, pero añade que los maestros y profesores pueden contribuir de manera destacada en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso en el mundo, de manera tan efectiva como los propios padres, representantes y familiares directos de los menores. Recuerda que “ellos comparten con los estudiantes a diario, y conocen de éstos, en algunos aspectos, más de lo que sabemos en casa”.
GF/EDC
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