Según un nuevo estudio, ser tocadas por un hombre, literalmente, “calienta a las mujeres”.
Cuando eran tocadas físicamente por un investigador masculino, las mujeres realmente se “calentaban” - la temperatura de la piel aumentaba, concretamente en la cara y en el pecho.
"Las mujeres mostraron un aumento de la temperatura cuando se veían involucradas en un contacto social con un investigador del sexo masculino", según la investigadora jefe del estudio Amanda Hahn, de la Universidad de St. Andrews, en el Reino Unido. "En algunas mujeres la temperatura aumentaba en casi un grado".
Estos cambios se producen de forma inconsciente. Descubrir cómo cambia la temperatura de la piel en respuesta al estrés y otros factores emocionales puede ayudar a los investigadores a desarrollar un detector de mentiras sin contacto de sensor alguno.
El rostro se calienta cuando estamos bajo estrés o cuando nos asustamos o nos enfadamos. Los investigadores querían averiguar cómo otras emociones influyen en la temperatura del rostro, así que tomaron imágenes del calor que emitían dos grupos de mujeres jóvenes heterosexuales durante la interacción en serie con un investigador, que rozaba su brazo, la palma de la mano, la cara y el pecho.
Cuando un investigador (de cualquier género) tocaba a una de las participantes, la temperatura de la piel se incrementaba de media en alrededor de 0,1 ºC. El efecto no era muy significativo cuando se tocaba en el brazo o la palma de la mano, pero si había mucha variación cuando se les tocaba en la cara y el pecho.
El cambio era tres veces mayor cuando el investigador era un hombre. La temperatura de la piel llegaba a aumentar hasta 0,3ºC de media cuando un investigador del sexo masculino tocaba el rostro o el pecho.
Según los investigadores, este incremento es considerablemente grande para un cambio de temperatura facial. "Esta magnitud de variación sería la lógica ante cualquier factor de estrés emocional explícito", como el miedo o el estrés, dijo Hahn. "En el estudio no hemos manipulando el estado emocional o afectivo de los individuos, se trataba de una sutil interacción social con el investigador... pero las reacciones eran muy significativas."
Muchos de los participantes eran conscientes del cambio de temperatura de su piel, pero, "Sólo una cuarta parte de ellos afirmaron sentir algún cambio emocional. El resto no notaron nada de forma consciente", dijo Hahn.
Los investigadores no pueden confirmar si estos cambios son perceptibles a simple vista, o si se pueden detectar con el tacto. Si hay gente que puede detectar estos cambios, podrían utilizar esa información como señales de comunicación no verbal.
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