A menudo, la única forma de ordenar el caos emocional es ponerlo por escrito. Puedes descubrir pensamientos que ni sabías que tenías; encontrar algo de sosiego, aplacar la angustia a medida que llenas ese papel en blanco que está ahí sólo para ti. Tener un diario, contarte tus días, a veces es la mejor forma de reconocer tu propia existencia. Todo es más real cuando se escribe, aunque ni siquiera se trata de recordar, sino de comprender tu presente.
Oscar Wilde nunca viajaba sin el suyo, porque siempre necesitaba "algo interesante para leer en el tren". Anna Frank lo empezó el "12 de junio de 1942". "Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo". Tenía 13 años y gracias a su diario tenemos un testimonio clave de las barbaries de la Alemania nazi.
Para Virginia Wolf "el diario es tan privado y tan instintivo que incluso permite que otro yo se desgaje del yo que escribe, que se separe y observe al primero cuando escribe. El yo que escribe es un yo extraño; a veces nada le induce a escribir". Susan Sontag negaba la intimidad del diario, retorcía el objetivo de esas páginas y aseguraba que, en nuestro fueron interno, las escribimos para que otra persona las lea a hurtadillas.
Contenga secretos o simples divagaciones, la ciencia ya ha estudiado los beneficios de escribir un diario personal. La investigación más conocida quizá sea esta de la Universidad de Texas en Austin, liderada por James Pennebaker. A través de varios experimentos, concluyeron los beneficios para la salud que tiene escribir de forma regular: refuerza el sistema inmunitario, nos ayuda a recuperarnos de hechos traumáticos y alivia el estrés y la depresión. Entre las conclusiones del estudio, se vio que los participantes que habían sobrevivido a hechos traumáticos que escribieron sobre sus experiencias durante 20 minutos al día, de tres a cuatro veces por semana, visitaron al médico la mitad que aquellos que no lo hicieron. Quienes escribieron un diario demostraron una respuesta de anticuerpos más fuerte ante las bacterias y virus y produjeron menos cortisol, una hormona del estrés.
Más beneficios: según este otro estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Estadounidense, los pacientes de artritis reumatoide y asma que escribieron sobre vivencias estresantes experimentaron una reducción significativa en los síntomas de sus enfermedades. Los estudiantes a quienes se les pidió que escribieran sobre temas emocionales mostraron mejores calificaciones y las tasas de ausentismo disminuyó entre el personal universitario después de que escribieran de forma regular sobre sus emociones y experiencias.
Según el director del primer estudio mencionado, James Pennebaker, esto debes hacer si quieres empezar a escribir un diario personal:
-Busca un momento en el que nadie te moleste. Una hora y un lugar para estar completamente a solas. Lo mejor es que sea al final de la jornada laboral o antes de acostarte.
-Exígete escribir un mínimo de 15 minutos al día, tres o cuatro días seguidos.
-Escribe del tirón, sin pensar en el estilo ni en la ortografía ni en la gramática.
-No te censures. Estás escribiendo sólo para ti, note cortes, sé sincero.
-Ante el síndrome de la página en blanco (no sabes cómo empezar), puedes elegir entre los siguientes temas: algo que te preocupe mucho; algo que has soñado hace poco; algo que has estado evitando; lo mejor que te ha pasado hoy.
Fuente: harpersbazaar / MF
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