La obesidad en general, y muy especialmente la obesidad infantil, se ha convertido en un grave problema de salud pública a nivel global, su creciente expansión ha venido generando una preocupación cada vez mayor, tanto entre los profesionales de la salud como en las autoridades de los Estados, algunos de los cuales han comenzado a tomar medidas efectivas para combatir este flagelo, considerado ya como la “epidemia del siglo XXI”. El área o campo legislativo hace parte de los esfuerzos preventivos, comentó la Fundación Torres-Picón.
Un ejemplo interesante, es el de la comunidad autónoma española de Andalucía, cuyo Consejo de Gobierno ha aprobado recientemente un proyecto de ley contra la obesidad infantil, el cual entre otras disposiciones, prohíbe la venta en los colegios de alimentos de elevado contenido calórico, como bollos y refrescos con más de doscientas calorías.
A través de este proyecto de ley, el cual procura otorgar “el máximo rango normativo” al combate contra la obesidad, se pretende fomentar la adopción de hábitos de alimentación saludable en toda la comunidad, especialmente en la población infantil, en la cual se ha venido produciendo un alarmante incremento en los índices de obesidad, en efecto, se estima que el 23% de los niños andaluces es decir casi uno de cada cuatro, sufre algún grado de sobrepeso.
En la preparación de este instrumento legal, denominado “Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada”, tomaron parte unas doscientos cincuenta organizaciones colectivas, entre las cuales se encontraban asociaciones de padres de colegios, propietarios de empresas productoras de alimentos, establecimientos de restauración y asociaciones de consumidores, entre otros.
Esta ley, conocida como la Primera Ley contra la Obesidad, se somete a debate en el Parlamento Regional e incluye una serie de medidas novedosas que coadyuvan a llevar una buena salud en los infantes.
Igualmente no se podrá vender en los colegios ningún producto que posea un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal o azúcares, o que contengan cafeína u otros estimulantes similares. Asimismo se estipula que los planteles de educación secundaria deberán hacerse responsable de que los productos alimenticios envasados que se comercien en sus instalaciones, tanto en máquinas expendedoras como en cantinas o cafeterías, exhiban en sus empaques o envases la cantidad de calorías netas por porción.
El proyecto también contempla otras medidas, destinadas a estimular la adquisición de hábitos de vida saludable, entre las cuales se pueden mencionar:
• En todos los lugares públicos, colegios e institutos educativos y centros de recreación infantil se deberá garantizar el acceso gratis a agua potable.
• En la confección de comidas, los comedores escolares deberán usar productos locales y regionales a fin de garantizar que sus menús sean saludables.
• Las empresas que tengan más de cincuenta empleados deberán poner a disposición de su personal un aparcamiento para bicicletas.
• Las instituciones educativas deberán destinar al menos cinco horas semanales efectivas de actividad física dentro de su programación.
• Los establecimientos de expendio de comidas deberán disponer de menús con raciones de diferentes tamaños.
• Se promoverán iniciativas encaminadas a distribuir frutas y verduras, así como estimular la participación de los estudiantes en los huertos escolares.
• Se establecerán restricciones a la publicidad de alimentos grasos y de bebidas no alcohólicas dirigida a menores de quince años.
Lo nuevo respecto a todo lo comentado, y que viene andando desde hace un par de años, es que el Consejo de Gobierno ha aprobado este proyecto de “Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada”.
“La otra parte fundamental que complementa las normas para una alimentación equilibrada, es el combate de la vida sedentaria, caminar, involucrarnos y participar más en las prácticas deportivas, en la realización de ejercicio físico cotidianamente, una efectiva herramienta para mantener el peso y las buenas condiciones, ayudando a procesar el consumo de calorías”, subraya Pedro J. Torres, al momento de compartir esta información en nombre de la Fundación Torres-Picón, que trabaja activa e internacionalmente en divulgación preventiva de la obesidad infantil y promocionando las artes.
GF/EDC
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