La gastritis es una dolencia del sistema gastrointestinal más habitual de lo que muchas personas pueden pensar. Sucede cuando hay una inflamación de la mucosa gástrica, que se trata de la capa de células que reviste el estómago por dentro. Esta capa protege al estómago de la acidez de los jugos gástricos.
Son muchas las causas que pueden producir la gastritis, entre estas se encuentran: una membrana gástrica delgada, débil o dañada, infecciones por la bacteria helicobacter pylori, el consumo de alcohol, tabaco, diversos fármacos o cirugías importantes.
Respecto a los síntomas, estos pueden variar, pues es posible que cada paciente los experimente de forma diferente. Entre los más frecuentes está la presencia de sangre en el vómito y en las heces, eructos, ardor, dolor en el estómago y náuseas.
Para poder detectar la gastritis, el paciente debe someterse a una gastroscopia para obtener una muestra de la mucosa gástrica y analizarla a través de una biopsia. Es decir, para que esta enfermedad digestiva pueda ser confirmada no es suficiente con los síntomas, sino que es necesaria la realización de pruebas invasivas.
Inflamación y sangrado
La gastritis puede clasificarse en cuatro formas, dependiendo de sus causas de origen: la aguda, crónica, erosiva y atrófica. En el primero de los casos, la enfermedad aparece repentinamente por una inflamación del estómago, muchas veces con sangrado en la mucosa. Suele ser causada por la helicobacter pylori y normalmente desaparece en 24 horas.
Respecto a la gastritis crónica, esta se presenta cuando el recubrimiento del estómago ha estado irritado e inflamado durante mucho tiempo, incluso puede ser durante años. Muchos de los casos también son producidos por la helicobacter pylori.
En la erosiva, el recubrimiento comienza a desgastarse debido a varios factores, como el estrés, infecciones, la ingestión excesiva de alcohol o el abuso de medicamentos antiinflamatorios.
La gastritis atrófica se presenta cuando la infección e inflamación de la mucosa interna sufre tanto daño que se ha consumido.
Para minimizar los efectos de la gastritis o contrarrestarla totalmente, es importante que el paciente, ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, busque atención médica para descartar esta enfermedad digestiva o de otra índole.
Una gastritis severa puede provocar sangrado en las paredes internas del estómago y manifestarse a través de vómitos con sangre, dolor en el pecho, dolor estomacal agudo, heces oscuras y sangrientas, y sensación de desmayo.
Para ofrecer más detalles sobre la enfermedad, los especialistas del portal laguiadelasvitaminas.com, una página web dedicada a la difusión de contenido para llevar un estilo de vida saludable, señalan que el profesional de la salud debe realizar una evaluación física, así como obtener respuestas sobre la historia familiar del paciente y los síntomas que presenta.
El cuestionario y la posterior verificación de los exámenes de sangre, de heces, prueba de aliento y el resultado de la gastroscopia permitirán al médico identificar las causas de la gastritis. Al conocer esta información, el especialista estará capacitado para recetar el tratamiento para la gastritis.
Otras herramientas que puede emplear el médico para profundizar en su análisis incluyen estudio de rayos X del tracto digestivo y una endoscopia para distinguir mejor las áreas a analizar.
Cuidado con las complicaciones
Posponer una evaluación médica, o no recibir el tratamiento adecuado, puede generar serias complicaciones en el paciente. Un sangrado estomacal y la aparición de úlceras serán las consecuencias de una gastritis que no sea atendida.
En algunos casos, la enfermedad puede conducir al cáncer de estómago, especialmente en personas con una mucosa intestinal delgada.
Si el paciente ha recibido la atención oportuna, el tratamiento dependerá de las causas relacionadas con la condición.
Uno de los más comunes y eficaces es el empleo de los inhibidores de la bomba de protones, que se encargan de bloquear las células que producen el ácido estomacal. Los fármacos de este tipo son, por ejemplo, el Lansoprazol, Omeprazol y Esomeprazol.
También se pueden recetar los antiácidos, u otros medicamentos que reduzcan la acidez estomacal. Los especialistas comentan que la acidez agrava la irritación e inflamación de la mucosa intestinal.
El paciente debe informar en todo momento al especialista sobre la evolución de su tratamiento, en especial si los medicamentos le han producido estreñimiento o diarrea. Hay casos en los que también se recomienda el uso de vitamina B12 y los probióticos.
La recomendación de los expertos para una mejoría más rápida es no consumir alimentos muy condimentados e irritantes. Lo ideal sería mantener una dieta equilibrada reducida en grasas y con un alto contenido de frutas y vegetales.
La gastritis es una enfermedad digestiva que se puede complicar en el caso de no recibir tratamiento. Aquellos que sospechen que pueden padecerla, deben buscar atención médica lo antes posible.
MA
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