jueves, 3 de enero de 2013

La obsesión de los hombres por los pechos femeninos

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¿Por qué los hombres nos sentimos tan atraídos por esos grandes y bulbosos depósitos de grasa que cuelgan del pecho de las mujeres?

Los científicos nunca han explicado satisfactoriamente la peculiar fijación de los hombres por los pechos de las mujeres, pero ahora, un neurocientífico ha lanzado una explicación que, según él, "hace que esto tenga mucho sentido".

Larry Young, un profesor de psiquiatría en la Universidad de Emory que estudia las bases neurológicas de comportamientos sociales complejos, cree que la evolución humana ha aprovechado un antiguo circuito neural que originalmente se desarrolló para fortalecer el vínculo entre madre e hijo durante la lactancia para fortalecer el vínculo en la pareja. ¿El resultado? Los hombres, al igual que los bebés, adoran los pechos femeninos.

Cuando los pezones de la mujer se estimulan durante la lactancia materna, la oxitocina, también conocida como la "droga del amor", inunda su cerebro, lo que ayuda a enfocar su atención y afecto hacia el bebé. Pero recientes investigaciones  ha demostrado que en los seres humanos, este circuito no está reservado exclusivamente a los niños.

La estimulación del pezón aumenta la excitación sexual en la gran mayoría de las mujeres y activa las mismas áreas del cerebro que la estimulación vaginal o del clítoris. Cuando la pareja realiza toques o masajea los pechos de la mujer, durante los preliminares, desencadena la liberación de oxitocina en el cerebro de la mujer, igual que sucede cuando el bebé se alimenta. Pero en este contexto, la oxitocina centra la atención de la mujer en su pareja, fortaleciendo su deseo de vincularse con ella.

En otras palabras, los hombres pueden hacerse más deseable mediante la estimulación de los pechos de una mujer durante los escarceos sexuales, y la evolución ha sido, en cierto sentido, quien ha hecho que los hombres deseen hacer esto.

La atracción a los pechos femeninos "es un efecto de la organización del cerebro que se produce en los hombres heterosexuales cuando llegan a la pubertad", afirma Young. "La evolución ha seleccionado esta organización cerebral en los hombres para que se sientan atraídos por los pechos en un contexto sexual, porque el resultado es que esto activa el circuito de unión con la mujer, por lo que las mujeres se sienten más unidos a su pareja. Es un comportamiento que ha evolucionado en los hombres para estimular los circuitos de "apego materno" en la mujer".

Así que, ¿por qué este cambio evolutivo ocurre en los seres humanos, y no en otros mamíferos que también amamantan? Young piensa que es debido a nuestras relaciones monógamas, que no se dan en el 97% de los mamíferos. "En segundo lugar, puede que tenga que ver con el hecho de que estamos en posición vertical lo que ofrece más oportunidades de estimulación de los pezones durante el acto sexual. En ratones monógamos, por ejemplo, los pezones están colgando hacia el suelo y se aparean por detras, lo que impide este tipo de evolución".

Pero esta teoría de Young se enfrentará a algunas críticas. Al comentar esta teoría con el antropólogo Fran Mascia-Lees de  la Universidad de Rutgers, quien ha escrito extensamente sobre el papel evolutivo de los senos, dijo que una primera cuestión es que no todos los hombres se sienten atraídos por ellos. "Siempre es importante cuando los biólogos evolucionistas sugieren una razón universal para un comportamiento o una emoción: ¿Qué hay de las diferencias culturales" se pregunta Mascia-Lees. En algunas culturas africanas, por ejemplo, las mujeres no cubren sus pechos y los hombres no parecen encontrarlos, por así decirlo, excitantes.



Fotografía de Melimama [CC-BY-SA-2.0], via Wikimedia Commons
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