Tomar aspirina puede ayudar con un dolor de cabeza, pero puede ser un problema con algunos tipos de antidepresivos, según un estudio realizado en Estados Unidos. |
Aproximadamente una de cada cinco personas se ven afectadas por trastornos depresivos, de los que cerca de un tercio no responden al tratamiento con antidepresivos, según el estudio publicado esta semana en la web de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
Los investigadores de la Universidad Rockefeller en Nueva York, estudiaron el comportamiento de una familia de antidepresivos, los conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS, cuando se toman junto a antiinflamatorios como el ibuprofeno, la aspirina o el naproxeno.
Podemos encontrar medicamentos muy conocidos en la familia de los ISRS como: Prisdal, Cipralex, Esertia, Prozac, Seroxat, Aremis, etc.
En experimentos con ratones, los investigadores hicieron seguimiento de los niveles cerebrales las citoquinas, agentes responsables de la comunicación intercelular, que son potenciadas por los ISRS, y encontraron que eran contrarrestadas por los antiinflamatorios.
A continuación, analizaron los datos obtenidos en el mayor estudio realizado en EE.UU. sobre el uso de antidepresivos en seres humanos, el estudio STAR*D en el que tomaron parte 4.000 adultos durante siete años y cuyos resultados fueron publicados en el American Journal of Psychiatry en 2006.
Los investigadores de la Universidad Rockefeller descubrieron que el 54% de los pacientes que no utilizaban analgésicos respondía a la terapia con antidepresivos, pero este porcentaje descendía hasta el 40% entre los pacientes que utilizaban además antiinflamatorios.
Estos resultados podrían explicar por qué los antidepresivos tipo ISRS no son efectivos en algunas personas, lo que puede tener implicaciones en enfermos de Alzheimer, donde el tratamiento precoz de la depresión puede afectar el curso de la enfermedad.
"El mecanismo subyacente de este efecto todavía no está claro. Sin embargo, nuestros resultados pueden tener importantes implicaciones en los pacientes, teniendo en cuenta las altas tasas de resistencia al tratamiento en individuos deprimidos que tomaban ISRS," según el coautor del estudio Jennifer Warner-Schmidt.
El tratamiento del dolor y la depresión
Los resultados pueden tener una especial importancia para los pacientes que están tratándose de manera simultánea el dolor crónico y la depresión.
"Muchas personas de edad avanzada que sufren de depresión también sufren enfermedades relacionadas con la artrosis y como consecuencia toman tanto antidepresivos como antiinflamatorios," según otro de los coautores del trabajo Paul Greengard.
"Nuestros resultados sugieren que los médicos deben sopesar los pros y los contras de continuar tomando antiinflamatorios en pacientes que están siendo tratados con antidepresivos."
Estudios previos sugerían que los antiinflamatorios pueden, en realidad, aumentar la potencia de otros dos tipos menos comunes de antidepresivos, los conocidos como antidepresivos tricíclicos o noradrenérgicos.
La investigación fue financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento del gobierno federal de los EE.UU. y la Fundación Fisher para la Investigación del Alzheimer.
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