Seis de cada diez personas no dudarían en elegir la atención sanitaria pública, tres optarían por el sector privado y uno acudiría indistintamente a uno u otro servicio.
Según el estudio anual, realizado por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 73,9% de la población estima que el sistema nacional de salud funciona bastante bien o bien, si bien precisa algunos cambios. Apenas un 3,51% aduce que habría que rehacer el sistema sanitario por completo.
Casi la mitad de los españoles creen que la situación de las listas de espera sigue igual que hace un año. De acuerdo con el barómetro sanitario correspondiente a 2010, un 49,7% opina que el estado de cosas no ha experimentado mejora ni empeoramiento. Se trata de una percepción que se mantiene estable con respecto a la anterior encuesta, en la que un 50,8% sostenía que el problema permanecía enquistado.
El trabajo, que se ha hecho con 7.800 encuestas entre marzo y noviembre de 2010, tiene un error del 1,1%. Tanto la proporción de personas que argumentan que son necesarios cambios fundamentales (21,6%) como la de quienes manifiestan su descontento y reclaman que la sanidad se remodele por completo (3,5%) son las más bajas desde hace 6 años.
En una escala de 1 a 10, los encuestados conceden una puntación de 6,57 puntos al sistema sanitario, lo que confirma la buena evolución positiva de la opinión pública respecto al mismo asunto. No en vano, hace cinco años la nota cosechada era de 6,14 puntos.
La mayoría de los ciudadanos es partidaria del sistema público frente al privado. En las consultas de atención primaria, prefiere el sistema público un 63,86% frente al 29,75%. En las consultas de médico especialista, un 47,97% apuesta por la sanidad pública, en contraste con el 42,94% que se inclina por la medicina privada. En urgencias, un 59,6% dice optar por lo público frente al 32,99%. Y en lo que concierne a la hospitalización, un 58,79% prefiere ser ingresado en un centro de titularidad pública, frente a un 33,73%.
Entre los principales motivos para elegir la red pública de servicios sanitarios figuran los medios y la tecnología de los centros, la capacitación de los profesionales sanitarios y la información que reciben de sus problemas de salud.
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