Ahmose-Meryet-Amon tenía la vida resuelta y saludable que le daba su condición de princesa egipcia. Era hija del Seqenenre Tao II, el último faraón de la 17ª dinastía, una de las más prósperas del país del Nilo. Alejada de la dieta normal de un egipcio medio, su estilo de vida no parecía propiciar una enfermedad arterial coronaria. Sin embargo, un grupo de investigadores de EEUU ha encontrado en los restos de este miembro de la realeza de hace 3.500 años lo que podría ser el primer caso conocido de aterosclerosis en la Historia.
"Comúnmente pensamos que las enfermedades de las arterias coronarias y del corazón son consecuencia del modo de vida moderno, fundamentalmente porque han aumentado en los países en desarrollo a medida que se occidentalizan, pero nuestros resultados dejan en entredicho la percepción de la aterosclerosis como una enfermedad de la vida moderna", comenta el doctor Gregory S. Thomas, director de Cardiología de la Universidad de California, Irvine (EEUU).
Los más antiguos de ellos eran los de la princesa Ahmose, que probablemente vivió entre los años 1580 a 1550 antes de Cristo y que se supone, murió con poco más de 40 años. Gracias a las pruebas de escáner se comprobó que "esta momia presentaba síntomas de aterosclerosis en dos de sus tres arterias coronarias principales", explica el doctor Thomas, "por lo que a día de hoy habría necesitado una cirugía de by-pass sin dudarlo".
En la FHF creemos que seria interesante realizarle un estudio genético ya que el cuadro clínico podría coincidir con una hipercolesterolemia familiar no tratada.
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