Aparte de las drogas (nada recomendables), las dietas y los suplementos vitamínicos, existen otras muchos otros trucos para intentar mejorar tu capacidad intelectual. Según un estudio realizado por Frances Rauscher, psicólogo de la Universidad de Wisconsin, en Oshkosh, escuchar a Mozart mejora la capacidad matemática y espacial de las personas.
El problema es que al escuchar una sonata de Mozart no todas las personas obtienen los mismos resultados. Una opción más fiable es recibir lecciones de solfeo, ya que, según los estudios, mejora el razonamiento espacial. En un test de inteligencia realizado a niños de seis años, aquellos que asistían a clases de música sacaron entre 2 y 3 puntos más que el resto de sus compañeros.
Mucho más entretenido es, sin duda, jugar a los videojuegos ‘Braintraining del Dr. Kawashima: ¿Cuántos años tiene tu cerebro?’ o 'Big Brain Academy' En Japón, Nintendo ha vendido millones de copias y, en Europa, han sido uno de los regalos estrella de las Navidades. Los ejercicios, de aritmética, lectura y test de memoria, son rápidas tareas que estimulan el cerebro. Según Nintendo, jugar unos minutos al día de manera regular estimula partes del cerebro relacionadas con el razonamiento, la creatividad y la concentración.
Más baratas son las tradicionales, pero muy efectivas, reglas nemotécnicas. Las reglas nemotécnicas son una serie de trucos, casi siempre lingüísticos, que facilitan la memorización. Una de las más conocidas ha sido utilizada durante años por los profesores para enseñar la primera línea de la tabla periódica de los elementos químicos. Seguro que muchos recordarán la frase “La BBC no funciona” que utilizábamos para memorizar Litio – Berilio – Boro – Carbono – Nitrógeno – Oxígeno – Flúor - Neón de la tabla periódica. Cuanto más se utilizan estas reglas, más fácil resulta tanto idearlas primero, como recordarlas después.
Adnan Mahendran, un joven superdotado marroquí, utiliza un curioso sistema para efectuar complejas operaciones de cálculo mental. Su secreto consiste en asociar un color a cada número del 0 al 9. Con tan sólo 11 años, Adnan es capaz de multiplicar hasta 15 cifras por 15 cifras y de efectuar divisiones con una extraordinaria rapidez.
Si eres de los que no te olvidas la cabeza porque la tienes pegada al cuerpo, lo mejor es que introduzcas una serie de rutinas en tu día a día que te ayuden a poner un poco de orden en el caos. Dejar siempre las llaves en el mismo sitio o apuntar en una hoja las tareas pendientes aunque sólo sea para fijarlas mejor en tu mente puede ser un buen comienzo. Aunque parezca una tontería, el simple hecho de decidir prestar más atención a todo lo que te rodea puede suponer una importante diferencia.
Practicar un poco de deporte varios días en semana puede también mejorar el aprendizaje, el razonamiento abstracto o la concentración hasta en un 15%. El ejercicio proporciona oxígeno extra y promueve la creación de nuevas neuronas.
¿Imaginas el caso contrario, que mediante ejercicios mentales pudiéramos estimular nuestro cuerpo? En 2001, un grupo de investigadores de la Cleveland Clinic Foundation de Ohio pidió a los sujetos de su experimento que, durante 15 minutos al día, pensaran en ejercitar sus bíceps. Después de 12 semanas, los brazos de los participantes eran un 13% más fuertes.
Para terminar, destacar la importancia del sueño en el proceso de aprendizaje. Cuando llega la época de exámenes, una actitud muy común entre los estudiantes es aumentar las horas de estudio en detrimento del tiempo dedicado a dormir. Y, sin embargo, este es el peor error que podrían cometer. Al dormir, nuestro cerebro sigue trabajando, aumenta su rendimiento, la memoria mejora y hasta puede aumentarse la creatividad.
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